La Parroquia de San Esteban ha traído la presencia de la Iglesia Católica al pueblo de Caseyville y sus alrededores durante 118 años. La primera celebración de la Eucaristía que tuvo lugar en la iglesia de armazón fue el 26 de diciembre de 1893, fiesta de San Esteban. 

Durante los años 1893 a 1942, la parroquia estuvo bajo el cuidado del párroco y del párroco asistente de la Iglesia St. Philip en French Village (ahora East St. Louis). San Esteban se convirtió formalmente en una misión de San Felipe en 1905. A fines de la década de 1920, Caseyville experimentó un crecimiento que impactó a la iglesia. A fines de la década de 1940, el P. John Grote, fue designado como el primer pastor. El obispo Albert Zuroweste le asignó la responsabilidad de construir una escuela para la parroquia. El terreno se abrió el domingo de Pascua de 1951 y la escuela abrió el 31 de agosto de 1952, con el personal de las Hermanas de la Escuela de Notre Dame de St. Louis, MO. Durante los primeros años, las hermanas vivieron en parte del nivel superior de la escuela hasta que se compró un convento al lado.

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La parroquia ha experimentado un gran crecimiento, varios párrocos, un regreso a un solo sacerdote al servicio de la parroquia y una iglesia cambiante en general con una participación mucho mayor de laicos en el ministerio parroquial. Voigt Hall, el Anexo Delaney y el gimnasio se utilizan para actividades parroquiales, catequesis y reuniones. Cada párroco desde su liderazgo en la parroquia ha seguido su ejemplo y ha trabajado para ayudar a los feligreses a apreciar y participar plenamente en la Liturgia de la Iglesia reformada por el Vaticano II para que la parroquia sea conocida por su intento de luchar por la excelencia en la liturgia. Los comités para ayudar a los pobres del área, los consejos pastorales y financieros, varios ministerios laicos, Bingo y el Festival de Otoño han sido una parte continua de la vida parroquial.

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La parroquia de St. Stephen continúa con una autoevaluación y una "visión" para el futuro a medida que se enfrentan nuevos desafíos en el siglo XXI, incluida una base de población cambiante, diferentes culturas que se mudan a sus límites y la responsabilidad redescubierta del ministerio laico como la obligación. de todos los bautizados. Con gratitud porque Dios ha sacado a esta comunidad de los desafíos desde sus inicios en el siglo XIX, el pueblo de San Esteban sigue haciendo presente la compasión de Cristo en el XXI, llevando en Su misión en el territorio de Caseyville, Collinsville y Fairview Heights asignado a su cuidado.